• 2020-12-17 10:40:24
    Info General

    El día 9 de mayo de 2017 un rayo provocó un terrible incendio en el cementerio de Cacabelos que acabó con la vida de 11 cipreses. A todos nos produce especial tristeza ver cómo sus esqueletos se mantienen erguidos, pero después de un tiempo prudencial, y sin recuperación posible, hemos considerado por razones de seguridad talarlos, y estos días, una empresa especializada se hará cargo del trabajo.

    Como responsable del área de Medio Ambiente les recuerdo que este conjunto de cipreses monumentales de gran valor patrimonial, merece una especial atención y cuidado, y nos disponemos a realizar un proyecto de saneamiento para el conjunto de cipreses vivos, replantar los ejemplares del pasillo central, mientras que el resto se poblaran de enredaderas.

    Los 27 cipreses mediterráneos, cupressus sempervirens, símbolo de la vida y de la muerte, ligados a la cultura mediterránea, son ciertamente árboles singulares con una altura de más de 20 metros. Fueron plantados hace 150 años en el cementerio más emblemático del municipio de Cacabelos, que tiene sus orígenes como lugar de enterramiento entre los siglo VIII y XI, Alta Edad Media, en torno a la capilla románica de Santa María de la Edrada. La cerca y cementerio actual se construyeron hacia 1878, y en 1989 el siguiente campo santo anexo. En este último recinto fueron excavados los restos del yacimiento romano que exhibe el Museo Arqueológico y el Museo de León.
    Actualmente los vestigios conservados en el recinto norte corresponden a los primeros siglos de nuestra Era, y por tanto la necrópolis actual se asienta en uno de los yacimientos romanos más importantes del territorio berciano: el yacimiento arqueológico de La Edrada, excavado por primera vez en 1988 por D. Julio Vidal Encinas e Inés Díaz Álvarez (Ver foto), y catalogado como Bien de Interés Cultural en 1994 por la Junta de Castilla y León. Los restos conservados cercados por una tapia protegen los primeros restos urbanos del territorio: una calle con alcantarillado y los restos de edificios del siglo II al IV.


    Por todo ello, este espacio siempre debió estar presente en el colectivo social como lugar importante, público o sacro, y es para todos los cacabelenses el lugar donde reposan sus seres queridos, y panteón de algunos grandes escritores hijos de Cacabelos, como Antonio Fernández y Morales, primer escrito en lengua gallega, Manuela López García, poeta y Fermín López Costero escritor…etc.

    Pedimos a los Cacabelenses, por razones de seguridad, que estos días disculpen las molestias causadas ante la imposibilidad de acceder al campo santo. Muchas gracias.