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El día 25 de noviembre se conmemora el Día Internacional de la eliminación de la violencia contra la mujer. Sin embargo, todos los días son 25 de noviembre, porque en cualquier parte del mundo ahora mismo hay mujeres que están siendo asesinadas, maltratadas y coaccionadas por el machismo.

La ONU en 1993, en la Declaración sobre la eliminación de la violencia contra la mujer, la definió como ‘Todo acto de violencia que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para la mujer, así como amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la privada’.

En nuestro país desde que tenemos estadísticas llevamos:
- 1.118 mujeres asesinadas a manos de sus parejas o exparejas.
- 37 en 2021, 7 de ellas en Andalucía.
- 327 niñas y niños huérfanos.
- 44 menores asesinados por sus padres.

Las cifras presentan datos alarmantes, como que 1 de cada 4 mujeres ha sido víctima de violencia sexual en algún momento de su vida.

Todas las mujeres, en cualquier zona del mundo, pueden sufrir violencia de género, pero la violencia contra las mujeres es especialmente dura en las zonas rurales. El aislamiento que sufren las víctimas de violencia de género en el ámbito de la pareja o expareja es triple: por la escasa participación en los espacios públicos y la relegación al ámbito privado, por estar aisladas geográficamente y por identificar su propia situación como un proceso individual, y no como el problema estructural que es, consecuencia de la desigualdad entre mujeres y hombres.

Estamos normalizando esta tragedia que constituye el resultado de las relaciones de poder desiguales entre las mujeres y los hombres y tenemos que reafirmarnos en el compromiso de la lucha contra esta violencia machista que nos está invadiendo.

La violencia contra las mujeres es incompatible con una sociedad plenamente democrática. Garantizar la libertad, la seguridad, la vida de todas las mujeres y niñas es una obligación de todos y todas y debemos combatir la violencia machista con todos los medios a nuestro alcance.

Debemos alzar nuestras voces y comprometernos para expresar que:
• Cuando se maltrata a una mujer, se maltrata a toda la sociedad. El agresor debe saber que no encontrará nunca complicidad por sus actos.
• La violencia contra las mujeres es la máxima expresión de desigualdad. Combatirla desde su origen, educando en igualdad, es la mejor herramienta para su erradicación.
• En la lucha contra la violencia de género debe estar implicada toda la sociedad.
• La labor de las instituciones debe ser reforzar los mecanismos de prevención, atención, apoyo y protección a las víctimas.
• La violencia contra la mujer sigue siendo un obstáculo para alcanzar la plena igualdad entre hombres y mujeres.

Ojalá algún día dejemos de conmemorar esta fecha, porque eso significaría que no sería necesario, que habríamos acabado con esa larga lista de víctimas de la violencia machista, pero mientras siga existiendo esta dramática realidad nos debemos comprometer a que todos los días del año sean 25 de noviembre.



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