Info General

El municipio de Cañete la Real conmemora el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, con una serie de iniciativas y propuestas que arrancaron el pasado lunes y se prolongarán hasta el próximo día 16.

Las actividades dieron comienzo el 6 de marzo con un taller de copla, impartido por Rocío Alba e impulsado por el área de Igualdad de la Diputación Provincial de Málaga, en el que participaron en torno a una docena de mujeres de la localidad. Además, en la tarde del martes se llevó a cabo otro taller, en este caso de elaboración de encurtidos y mermeladas naturales.

Por otro lado, en la mañana de ayer a las puertas de la Casa Consistorial se dio lectura a un manifiesto con motivo del Día Internacional de la Mujer y por la tarde se desarrolló un taller de creación de jabones naturales. En la jornada de hoy Cañete la Real participará en la presentación de un proyecto de la Federación de Asociaciones de Mujeres Peñarrubia, un colectivo comarcal con presencia en los municipios de Almargen, Ardales, Campillos, Cañete la Real, Cuevas del Becerro, Sierra de Yeguas, Serrato y Teba. Tal como ha indicado Mª del Mar González, presidenta de la federación, “a través de este proyecto se pretende ofrecer a los agentes sociales y políticos de la comarca del Guadalteba una formación que sensibilice, además de pautas de comportamiento necesarias para la prevención y la intervención en posibles casos de violencia de género”.

Cabe destacar especialmente la celebración el próximo 16 de marzo del acto ‘Reconocidas’, organizado por las Asociaciones de Mujeres Albacara y Yerma, en el que se homenajeará a Antonia Ramírez Cruces, vecina de Cañete la Real. Esta iniciativa nació con el propósito de agradecer, visibilizar y poner en valor la figura de mujeres del pueblo que, por su manera de vivir, han abierto camino, han sido y siguen siendo referentes en la lucha por la igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres. Por tanto, las mujeres que reciben el reconocimiento han destacado por romper estereotipos y modelos tradicionales en los que la mujer, por el mero hecho de serlo, era relegada a un segundo plano en diferentes ámbitos de la vida.

El 8 de marzo no debe ser un día de celebración, sino de reivindicación y de lucha, por lo que es fundamental hacer visible la necesidad de seguir denunciando y rechazando cualquier forma que sitúe a la mujer en situación de desventaja sólo por nacer mujer. Es preciso un mundo donde unas y otros partan desde el mismo punto y puedan ofrecernos ambos su máximo potencial al margen de condicionantes sociales, de límites y de encorsetamientos preconstruidos.


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