Francisco Javier Rojas Mirasierra, paisano nuestro, ha llevado a cabo una emocionante expedición solidaria a Marruecos a bordo de un Seat Marbella especialmente acondicionado para la ocasión. En este viaje, no solo ha demostrado su pasión por la aventura y el motor, sino que también ha llevado ayuda humanitaria a los niños necesitados de las zonas por las que ha pasado.

La expedición, que forma parte de un rally solidario, ha permitido que Francisco Javier y su equipo recorrieran diferentes localidades del país africano, entregando material escolar y productos de primera necesidad a los niños que habitan en zonas rurales con escasos recursos. Durante días, han atravesado desiertos, montañas y aldeas remotas, sorteando todo tipo de dificultades, pero siempre con el objetivo claro de hacer llegar la ayuda a quienes más la necesitan.

El vehículo, un Seat Marbella, ha sido acondicionado para soportar las exigencias de un recorrido complicado. Con mejoras en la suspensión, protección en el chasis y una preparación especial para terrenos difíciles, el coche ha sido clave en la travesía. A pesar de su veteranía, ha demostrado ser un compañero de ruta confiable en una aventura donde cada kilómetro ha sido un desafío.

Solidaridad desde Logrosán

La expedición ha contado con el apoyo del Ayuntamiento de Logrosán, que ha querido colaborar con Francisco Javier en esta noble causa. La contribución ha servido para la adquisición de parte del material donado y para la preparación del vehículo, facilitando que esta iniciativa pudiera hacerse realidad.

Un viaje de esfuerzo y emoción.

El recorrido no ha estado exento de dificultades. Francisco Javier y su equipo han tenido que enfrentarse a caminos pedregosos, dunas y zonas de difícil acceso. Sin embargo, cada obstáculo ha sido superado con determinación y el ánimo de quienes saben que su esfuerzo marcará una diferencia en la vida de muchos niños.

En cada pueblo visitado, los pequeños han recibido con alegría los cuadernos, lápices, mochilas y productos de higiene que la expedición ha repartido. Para muchos de ellos, estas donaciones representan una oportunidad para mejorar su educación y calidad de vida.

Con esta expedición, Logrosán demuestra una vez más que la solidaridad no conoce fronteras.