• 2015-05-11 14:59:29
    Cultura

    L TÍTULO DE LA EXPOSICIÓN HACE REFERENCIA A LA NECESIDAD DE ACABAR CON LOS PREJUICIOS Y EL DESCONOCIMIENTO COMÚN SOBRE LA DISCAPACIDAD INTELECTUAL

    Esta exposición forma parte del Programa Alacarta de la Consejería de Cultura y Turismo de la Junta de Castilla y León que entre sus objetivos incluye el de colaborar con las entidades locales para acercar las artes visuales a los ciudadanos de todo el territorio.

    EL AUTOR: AGUSTÍN HERNÁNDEZ
    Agustín Hernández Sánchez es fotógrafo de la Fundación San Cebrián, una entidad sin ánimo de lucro, con sede en Palencia, cuya misión es proporcionar los apoyos necesarios, para que las personas con discapacidad intelectual y sus familias disfruten de calidad de vida en condiciones de igualdad de oportunidades con el resto de la ciudadanía.
    La exposición “Retratos de la fragilidad” partió de un proyecto “rompiendo moldes” de la Fundación San Cebrián, cuyo título apuntaba a la necesidad de observar la capacidad y la discapacidad en imágenes, sin la carga de prejuicios biempensantes o discriminadores habituales.
    Agustín utiliza la fotografía como pretexto, para alcanzar el objetivo de que cada visitante reflexione sobre los prejuicios que existen en relación a las personas con discapacidad intelectual y se plantee conocerlas más a fondo.

    LA EXPOSCICIÓN: “RETRATOS DE LA FRAGILIDAD”
    La exposición muestra retratos que expresan emociones, sentimientos o actitudes en la vida cotidiana. No son figuras hieráticas mostrando su importancia o dignidad. El retrato arrastra desde tiempos inmemoriales la servidumbre de exhibir la excelencia del personaje, su dignidad y estado. Al contrario, aquí se muestra lo efímero, la mirada fugaz, el estado de ánimo, aquellas situaciones que parecen no dejar huella.
    Se huido de la idealización, vemos a usuarios y profesionales de la Fundación San Cebrián, personas con discapacidad intelectual y a quienes les prestan apoyo o trabajan como formadores. Los personajes posan solos o interactúan, se les ve en actitudes de afecto, de rechazo, cansancio. Al final, en lo esencial, todos podemos ser iguales: felices o infelices según el trato y las oportunidades que tengamos.
    La luz de las fotografías realza las expresiones, no se utilizan filtros ni técnicas que enmascaren una realidad que en ocasiones es festiva y otras doliente. El retoque fotográfico, siempre lo hay, utiliza la precisión “hiperrealista” para desvelar la existencia de un grupo humano que está todavía poco integrado en la sociedad normalizada.
    El proyecto se justificaba con un lema que pretendía ser una declaración de principios: “Si la cara es el espejo del alma ¿cómo distorsiona la discapacidad la expresión del rostro?, ¿y cómo la carencia de discapacidad?”.
    Para ello, por parejas se confrontan dos rostros, dos personas diferentes con y sin discapacidad intelectual. ¿Quién es quién? Ese es el juego. Buscamos diferencias y similitudes. Jugamos con el equívoco para evidenciar los prejuicios de nuestra mirada, siempre condicionada por unos valores en donde lo bueno, lo bello, lo normal es lo mejor, es la meta. ¿Pero somos o no somos iguales? ¿Somos o no somos diferentes? ¿Qué valor le damos a la igualdad o a la diferencia?...
    También se exponen retratos de personas con discapacidad sin contraparte, solos, porque al desarrollar el proyecto, la expresividad y la empatía que proyectan estos usuarios de la Fundación San Cebrián es enorme.
    El título de la exposición hace referencia a la necesidad de acabar con los prejuicios y el desconocimiento común sobre la discapacidad intelectual. Si esta condición personal se percibe de manera distorsionada inevitablemente producirá actitudes de discriminación. Acercarnos visualmente, objetivar las apariencias mediante una imagen puede servirnos para confrontarla con nuestro propio retrato y el del grupo social al que pertenecemos.

    Hasta el 31 de mayo, las personas interesadas podrán visitar esta particular exposición en el Salón Escénico del Ayuntamiento de Palazuelos de Eresma de 12 a 14 horas en días laborales.

    Adjuntamos cartel de la exposición.