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REFLESIÓN DEL DIA 10 abril

 

Buenos días, el afligido invocó al señor y él lo escucho. Escuchamos hoy como Jesús le dice a Nicodemo, tanto amó Dios al mundo que entregó a su unigénito, para que todo el que cree en él no perezca, sino que tenga vida eterna. Sin embargo, muchas veces la presencia de Jesús es incómoda porque pone en evidencia y en tela de juicio nuestro mundo conflictivo y dividido. Os invito a creer en Jesús a vivir el amor, continuando así su palabra y su misión. A no aferrarnos a nuestros intereses egoístas que solamente generan opresión, explotación, envidias, señor, que seamos luz. En las tinieblas. Sed buenos si podéis o al menos no dejéis de intentarlo. Feliz día.

 

 


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